domingo, 26 de setembro de 2010

"TRONQUITOS" CONTRA IMPOTÊNCIA

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Hombres y mujeres hace años comen los órganos sexuales del toro para sentirse activos...
¿Impotencia?...¡Caldo de "tronquito"!
Hace 43 años, su madre se lo preparó para recuperarlo de una operación. El octogenario hoy lo vende y lo ingiere. Debido a ello, dice que "funciona como un joven de veinte años".
Redacción Guayaquil

El caldo de tronco, el ceviche de testículos o de guama-mama son los tres platos afrodisiacosDiariamente cocinan 50 miembros de toro, que se los llevan del camal al local; cada uno cuesta de tres a cuatro dólares, según el grueso y el tamaño Estas mujeres son las encargadas de cortar, abrir y limpiar los ‘tremendos troncos’ que llegan a diario Esta señora a punto de comerse su porción de tronco, ella dice que lo consume “para dormir y sentirse con vitalidad” Don Gustavo, ahora solo cobra, pero a veces da vueltas en la cocina para inspeccionar la sazón Esta joven tiene años cortando cientos de testículos de toro; dice ser una experta, tanto que su pareja le teme 43 años viven solo de la ‘vena’; algunos mezclan los tres platos y manifiestan que salen “echando humo” Manuel y Rosa, quienes viven de este negocio, también se sirven a diario su porción del afrodisiaco; dicen que funcionan “como jóvenes de veinte” Este cliente muestra el pedazo de tronco que le tocó en su plato; “me da fuerzas”, expresó El caldo de tronco, el ceviche de testículos o de guama-mama son los tres platos afrodisiacos El caldo de tronco, el ceviche de testículos o de guama-mama son los tres platos afrodisiacos Diariamente cocinan 50 miembros de toro, que se los llevan del camal al local; cada uno cuesta de tres a cuatro dólares, según el grueso y el tamaño Estas mujeres son las encargadas de cortar, abrir y limpiar los ‘tremendos troncos’ que llegan a diarioEsta señora a punto de comerse su porción de tronco, ella dice que lo consume “para dormir y sentirse con vitalidad” Don Gustavo, ahora solo cobra, pero a veces da vueltas en la cocina para inspeccionar la sazónEsta joven tiene años cortando cientos de testículos de toro; dice ser una experta, tanto que su pareja le teme



Estas mujeres son las encargadas de cortar, abrir y limpiar los ‘tremendos troncos’ que llegan a diario

Foto Pedro Freire / EXTRA

Hace 50 años, a nadie se le había ocurrido preparar caldo de “vena o tronco de toro” como comúnmente se lo conoce, mucho menos ingerirlo. En ese entonces el órgano sexual reproductor de este animal, cuadrúpedo y herbívoro, era botado como desperdicio a la basura, pero hoy, en pleno 2010, el consomé es codiciado a tal punto que hay mujeres y hombres que se alimentan por años a base de él.

Lo hacen no solo para tener vitalidad sexual y procrear hijos, sino para curarse incluso de enfermedades pulmonares. Algunos que frecuentemente toman el consomé, nos revelaron que sí les ha hecho efecto, como el caso de una pareja que no podía tener hijos y que ahora son padres de unos mellizos. Algunas mujeres señalan que, además de curativo, el bendito caldo es hasta sabroso.

- “El tronco y las bolas me gustan, el sabor es bueno, además cocinadas son blandas”, comentaron unas señoras.

El octogenario Gustavo Morales Ruales lleva 43 años vendiendo el caldo. “No es tronquito, sino tronco”, nos explicó mientras atendía su local ubicado en las calles Noguchi y Brasil, sitio que es muy concurrido por parejas heterosexuales, homosexuales, adultos y ancianos. Allí van a recibir energía y vitalidad a través de los tres platos afrodisiacos que ofrece el propietario, siendo el principal el caldo de la vena, luego viene el ceviche de ‘testículos’ y de ‘guama-mama’.

Algunas personas mezclan los tres sabores, para tener más concentración en el alimento. Luego de ingerirlo dicen sentir “un calor que les corre por todo el cuerpo”.

“Es bueno para el cerebro, anemia, para la sexualidad, mejor dijo para todo”, manifestaron los fanáticos.

Se lo mandaron como remedio
A Gustavo, quien nació en las conocidas “cinco esquinas”, la idea de vender el singular caldo, se le ocurrió luego de operarse de la vesícula, cuando el doctor Milton Guevara Moreno, que lo atendió, le sugirió que dejara de comer consomé de pichón y se cambiara al de la ‘vena del toro’, para recuperarse de la intervención.

“Él me aconsejó esto y fue mi mamá la que me lo preparó a su manera, le echó garbanzos, habas, mellocos, etc.”, dijo

Luego de tomar el recomendado caldo, asevera, recuperó su peso, fuerza y vitalidad.

Lleva 43 años ofreciendo este plato que según el octogenario, “es rico en minerales y vitamina E”. No solo el tronco es famoso entre su clientela, sino también el ‘ceviche de testículo’ y de ‘guama-mama’, éste último a base de la piel que recubre la teta de la vaca.

-“Tengo diez hijos en cuatro mujeres. Todos los días como religión me tomo una taza de caldo”, manifestó Gustavo, mientras su compañera Rosa López, con quien tiene dos hijos mayores de edad, dio fe de la vitalidad sexual de su marido. “Funciona como un joven de veinte”, señaló la dama.

La pareja antes, dijo la señora, los preparaba personalmente, pero ahora los hacen sus empleados, mientras ellos se dedican a atender y cobrar.

“Hay clientes nuevos que no saben cómo es la vena y me piden carne. Otros en cambio no les gustan los pedazos que les pongo en el plato, prefieren que se los haga picadillo. Otros solo toman el consomé”, expresa Manuel.



Cincuenta venas de toro en el día
Al dar un vistazo por la cocina del local, encontramos muchas venas de toro que medían hasta un metro cada una. Todas eran despellejadas y cortadas por dos cocineras. Los testículos son abiertos tal como se hace con la carne. Luego se cocinan y se hace ceviche.

“Hemos preparado tantas venas de toro que hasta soñamos con ellas”, comentaron las señoras en son de broma.

Cirilo Pincay, empleado de los propietarios es quien hoy prepara los platos. Él nos dijo que complementa la vena con zanahoria, brócoli, coliflor, etc.

-“No podemos dar a conocer todo los secretos”, indicaron los dueños. Asimismo agregaron que el tronco “demora en cocinarse cuatro horas”.

“A las venas primero se las abre, luego se las lava bien con bastante limón y sal”, nos explicaron Rosa y Manuel.

Los clientes
Jaime Cornejo Véliz lleva varios años desayunando caldo de ‘vena de toro’. “Es afrodisiaco y da fuerzas”, comentó.

Birmania Herrera, jubilada de la caja del Seguro Social, hace doce años toma este caldo. “Lo hago para dormir bien y tener energía, pero a veces me dan ganas, usted sabe”, comentó riéndose esta señora de sesenta y algo más de años. Lo mismo manifestó su amiga Azucena Álvarez, quien también se comía un mixto.

No faltó uno por ahí que dijera que el caldo lo ponía como “pata de perro envenenado”.

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